Humildemente Dado A Tu Merced

En fase de mudez declamatoria,
Inane y de palabras despoblado
Cual cabra, sola, y en medio de un prado
Uncida en el extremo de una noria.

Y de nuevo estoy ciego y deslumbrado;
Tan desprovisto ya de la oratoria
Como una víctima propiciatoria
En búsqueda de algún significado.

Agravosamente dado a tu merced;
Vendido cual esclavo en el zoco;
Quebradizo tal que sombra en la pared.

Embozada en las notas que yo toco
Con el arco bien turgente. Y, ahora ved
En qué ha quedado este hombre loco.

No podemos hablar de
Concesión
Cuando no queda ya qué
Conceder.
Con todo el pescado
Vendido,
Al Cesar lo que
Es del Cesar;
A la mujer
Del Cesar, todo lo
Demás.

Perro Que Ansía Dentellear Los Cascos

Reflexionamos al tiempo de partir
Dejando nuestra posición antigua,
Mientras aquél sacristán se santigua
Eligiendo víctima por pervertir.

El hermoso relincho que amortigua
Los ladridos que nos llevan a advertir
Que cabalgamos, al tiempo de esculpir
Un devenir que, constante, atestigua

Que no erramos en nuestra tentativa
Arrojada, romántica y osada
- Aunque más casta que copulativa -

De seguir una senda no trazada
- Arte donde nuestra existencia estriba -
Y poder besarte en la encrucijada.

No arredra nuestro tortuoso
Camino
Una cabalgadura oxidada pero
Operativa.
El transcurso será el mismo
Si miramos, o no, hacia
Atrás.
Pero no es práctico volver la cabeza.
Pierdes la perspectiva y
Parte de la belleza
Del paisaje.