Como imagen piadosa del pecado
Te recibo en el iris cristalino
Deslumbrado por ese diamantino
Brillo de creciente significado.
Pues saben, ciertamente, mejor con vino
Los besos dados; también los robados.
Los consagrados y los rechazados.
El dulce, el divino y el repentino
Sabor que se añora por infrecuente;
Se ofrece tan breve y dosificado,
Tan ligero, secundario y tangente
Que demos, provechoso y delicado,
Ese descuidado beso en la frente,
Todavía vigente y estampado.
El entendimiento
Cegado
Como en medio de
Tormenta de arena.
Con el incremento
Ilusorio de una
Piadosa imagen
Que desnuda el alma
Y sus calcetines.
Y su portento
Inquietante.
jueves, 16 de enero de 2014
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