Las emociones se unen y hacinan
En este mercado de endorfinas.
Soy de la estirpe de los insanos.
Los que viven siempre al otro lado
Del sentir más común y profano.
Los que encuentran consuelo en retorcer
La razón para sacarle el mejor
De sus ya recalentados jugos,
Y en dar de comer a las gaviotas
Los restos de amor, aún palpitantes,
Que quedan en sus cálidas manos.
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